El observador | Un cuento de Alan Ney

 

El observador | Un cuento de Alan Ney

Del escritor mexicano Alan Ney, el cuento "El observador" 

Desde la penumbra observa al mundo bailar. Tacones y mocasines siguen el ritmo, acompañados de faldas y pantalones. La música emerge del reluciente piano blanco  embriagando a cada célula sedienta de transcendencia. 
El aire se vicia poco a poco, se transforma en palabras, risas y cantos, pero cuando llegan las lágrimas y el aire se convierte en suspiro, el tiempo y el espacio colapsan de nuevo. Desde aquella penumbra lo observa todo, ve cómo se abren las ventanas dejando entrar un aire nuevo, fresco y asesino, que diluye al aire viciado con todas sus historias. 
El mundo deja de bailar, del piano ya no emerge música, las faldas y los pantalones reposan en las sillas. El salón obscurece dejándose invadir por una tenue luz estelar, iluminando lo que alguna vez fue polvo, su polvo.     
La luz estelar alcanza la penumbra donde se encuentra el observador dejándolo a la vista, expuesto y vulnerable ante la vida y sus embriagados espejos. El observador busca desesperadamente el interruptor de luz artificial, sabe que aquella luz le esconde tan bien que hasta podría algún día desaparecer en ella, pero ya es inútil porque el observador ya es observado. 
La música recorre nuevamente el lugar, unos dedos largos y delgados presionan las teclas blancas, también las negras que conectan con las piernas que bailan bajo la mesa hasta que emprenden camino a la pista de baile.
El observador se ha diluido en la mirada de los bailantes que se mueven con gracia, que se miran, que se besan, que se lloran y suspiran.
Alan Ney

El observador | Un cuento de Alan Ney 


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