La carta que me destruyó | Un cuento de Liz Rodriguez

De la escritora ecuatoriana Liz Rodriguez, el cuento "La carta que me destruyó" 

Jornada 1, laberinto Narrativo 

La carta que me destruyó

La carta que me destruyó | Un cuento de Liz Rodriguez

Hace doce años, un jueves por la tarde cuando limpiaba la habitación que fue de mi madre, al entrar en el closet , vi una pequeña caja de cartón llena de polvo y telarañas que llamó mi atención. Me habían prohibido entrar a ese lugar, pero no siempre seguía la reglas, eso era mi maldición.

Lentamente, me acerqué como si me invitara a descubrir sus secretos. Cuando le quité el sello me di cuenta que habían fotos arrugadas, un diario y una carta sin abrir.

Me ganó la curiosidad y la comencé a leer. Al terminar, sentía como se rompía mi corazón, entonces comprendí del por qué mi madre me abandonó. Si hubiese estado en su lugar también lo hubiera hecho o quizás hubiera hecho algo peor. Dentro de mí nació el odio a mi progenitor, quería quitarme ese dolor sin importar el método, deseaba sentirme libre, sobre todo amada. Desde aquel día no puedo dejar de pensar en aquella carta, pero sobre todo lo que decía:

“Cuando supe que estaba embarazada de ti lo primero que sentí fue desprecio, no quería llevarte dentro, hice mil cosas para que no existieras, pero nada funcionó, por tu culpa él me dejó, pasaron los meses y mi vientre creció cuando nazcas todo terminará, para mí estás muerta”, esas palabras me dan pesadillas.

Después de saber la verdad nada volvió a ser igual. Creí que si me vengaba encontraría paz y sería feliz, pero no fue así, el vacío que sentía creció más. Mi vida era toda una mentira, mis abuelos dijeron que mi madre había muerto dando a luz y a mi padre jamás lo conocieron, nunca sospecharon que lo sabía todo, busqué a mis padres hasta el cansancio sin resultados, estaba por rendirme hasta que una mañana sin querer los escuché decir dónde ellos vivían. Entonces escapé los quería conocer, nadie me podría detener, todo pronto terminaría.

Cuando los tuve al frente de mí, solo me miraron y sonrieron como si nada pasara, nunca sintieron remordimientos, eso aumentaba mi rabia, sin pensarlo saqué mi arma y sin piedad les disparé mientras les gritaba ustedes se lo buscaron: “si no me hubieran dejado, seríamos una familia feliz” nos vemos en el infierno ¡Bastardos por su culpa el amor nunca lo conocí! Fue lo último que dije antes de morir.

Autora: Kohinoor

(Guayaquil, Ecuador)

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