Del escritor peruano Pablo Cabanillas, el poema "Bajo un pequeño almendro"
Y la tarde ardía
Una fogata
Mi cuerpo salado
invadido por
hormigas
Árbol de almendro.
Tienen derecho a trabajar
Los curuhuinsi
los árboles, crecer
Y mis manos, el deber
de sembrar una semilla
antes de que brote raíces en la mano.
Nadie puede escuchar el tic-tac del reloj anunciando las milésimas
ni las hormigas, ni yo
Suerte
es lo que menos tengo.
Canta a estas horas un gallo
jodiendo a la muerte.
La abeja sabe que flor
tiene mejor néctar
La lluvia cuantas raíces sedientas.
Yo aún no sé crecer
Y las hormigas
llevan para el pan
Hojas de almendra. Bajo un pequeño almendro | un poema de Pablo Cabanillas
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