Disonancia | una reflexión de Paola Vasquez

 De la escritora salvadoreña Paola Vasquez, la reflexión "Disonancia" 


Disonancia | una reflexión de Paola Vasquez

Es increíble cómo las direcciones de la vida cambian con pequeñas decisiones. Una decisión me llevó a un conjunto de otras pequeñas decisiones, que le dieron un giro completo a mi vida. Todo lo que un día planteé en mis proyectos de vida, se desvanece como el humo cuando el viento pasa. 

Sé que no soy la misma de antes, y probablemente mi yo de hace 5 años opinaría exactamente lo mismo. No sé si todas mis versiones de años pasados estarían de acuerdo conmigo o me juzgaran por ser tan cobarde. 

Lamento no seguir mis sueños tal y como siempre los había escrito, pero considero que mi versión
de ahora es mucho mejor de la que me había propuesto. Lo sé, mis sueños me necesitaban; mis yo
pasados se retorcieron al ver que estaba cambiando todo lo que quedó tatuado en el papel.

Porque las palabras no se las lleva ningún viento y mis sueños tampoco se los ha llevado. No soy más
que una simple aprendiz que va de esquina en esquina, cometiendo errores y tratando de solucionarlos
como si la vida se tratara de eso. Tengo más dudas que respuestas, y las pocas respuestas que creo tener
, son de preguntas que para mí ya no encajan. 

La vida es un constante, punto y aparte. De otro modo, ¿qué sentido tendría escribir una cortina
de texto que nadie quiera leer? ¿para qué escribimos si nadie lee? ¿para qué vivimos si nadie existe? 

Somos un montón de letras sin forma. Un nudo que no tiene fin. Un caos que no tiene arreglo.
Vivimos fingiendo saber, lo que es fácil de creer. La vida: un abrir y cerrar de ojos; un abrir y cerrar
ventanas; un abrir corazón y cerrar heridas. La vida es abrir y cerrar. 

Mi alma no tiene dueño y la vida tampoco es lineal. Lo que hoy parece sueño, mañana también
es real. Que nadie nos diga lo que está prohibido, mejor lo permitido y lo demás que lo descubra
el tiempo. 

Sobrevivo de remembranzas que atesoro en mi memoria. Y me ahogo en palabras que nunca dejé
salir. Qué cosa más extraña es el sentimiento. Que las palabras no dichas hieren y otras tantas por ahí
abrazan. Que los recuerdos pesan y extrañar a veces duele. ¿Cómo se mide la vida? ¿en los años
vividos o en los años recordados? ¿en memorias inciertas o luchas logradas? Que me libre el cielo
de vivir el infierno de no recordar, y me devuelva la vida de volver a abrazar. 

Y si mañana cierro los recuerdos, al menos quiero saber que mi corazón ha latido con fuerza y
que todo valió la pena. Que mi existencia aquí sea de una en un millón. 

Disonancia | una reflexión de Paola Vasquez

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