Te siento más que el frío en invierno, duele el alma como los huesos
Tiemblan mis labios, se parten como deshielo sin tus besos
Es tarde para pedir aquel otoño consecuente donde nos prometimos
más que una vida juntos, un cielo diferente.
Seria mucho pedir ese verano ardiente, donde se perdian las caricias
entre un laberinto robuscado, donde las ancias invadian no solo la piel
o el pensamiento; la complicidad acorde al amor frecuente, como el
hábito de amarte.
La primavera nos sorpendia con aquella sutileza, el aroma fresco de sus
campos verdes asomandose por la ventana, como el brillo del sol en nuestras
caras, amanecer entre tus brazos era mas que especial, parecía perpetuo.
Imaginar la estadia de la ausencia, era impredecible.
Cuatro estaciones duro nuestro idilio entre viento y lluvia, frio y sol
el calor se anclo en la tormenta, como la pasion en esas hojas al caer.
Otro invierno llegó, pero sin tu sonrisa en ese viejo cristal, que antes
se empañaba entre febriles veranos.
Cuatro estaciones | Un poema de Agar Covarrubias
Publicar un comentario