Treinta días
la razón toma su color grisáceo y las emociones buscan
un lugar para motivarse.
Las noches se vuelven sólidas, las lunas se vacían en su
claridad, mientras esas sábanas blancas…hablan con
misterio e intensidad.
El incienso propagó su aroma en esa cabellera como
su camisón aperlado de seda, los roses se sucumbían
en cada poro, en esa piel acanelada y tibia.
Sus manos se deslizaban como viento en tierras áridas,
sus dedos inquietos reconocían cada punto sensible o
rigidez desbordante.
Cada vez que empezaba anochecer; imaginaba su figura
clandestina tras de esa puerta, gimiendo de placer y locura
bajo esa blanquecina llena, fingiendo un gran amor.
Agar Covarrubias 🇲🇽
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